Vicky Kylander
«GRAVEDAD VERTICAL»
Del 25 de febrero al 15 de abril 2022
“Gravedad vertical”[1], la nueva exposición de Vicky Kylander en Espacio Alexandra, reúne nuevos óleos sobre lienzo y trabajos sobre papel que profundizan en la posibilidad de expansión en espacios limitados; las habitaciones de confinamiento, de restricción impuesta o elegida, son habitaciones de justicia[2], donde conocemos nuestra medida e inventamos salidas.
Kylander se define como una pintora «muy influenciable e indisciplinada», a lo que achaca su incapacidad de dar una única dirección a su trabajo. Inspirada por el mundo de las formas, visibles o invisibles como el lenguaje o la música, está interesada en la obra de multitud de artistas, desde representantes de la pintura abstracta occidental a partir de la segunda mitad del s XX, como Bram van Velde o Susan Rothenberg, hasta contemporáneas como Felicidad Moreno o Amy Sillman, y también en el paisaje urbano y natural, la estética del cómic, la moda textil, el mundo vegetal, la tipografía, la publicidad impresa, idiomas y acentos. Mientras el inconsciente procesa, o composta, los estímulos externos, la artista busca la forma pictórica pura que corresponde al ahora, capaz de reunir objeto y sujeto en un solo cuerpo.
La pandemia cambió drásticamente la manera en que ese «ahora» se configura, y si el Gran Confinamiento tuvo un impacto indudable sobre el conjunto de la sociedad, su trabajo no es ajeno a estos cambios: hay una relación directa entre la ralentización de tempo ocurrida en el espacio colectivo a partir de 2020 y la reducción de información visual de estas pinturas respecto a la obra pre-pandemia de la artista. La vida y la paleta se simplifica, en verdes, rosas, negros y blancos rotos. Las marcas son menos urgentes, y el campo visual se estructura a través de líneas rítmicas ordenadas.
Afín a las expresiones artísticas libres y de base improvisatoria, y especialmente influida por la música jazz y electrónica, Kylander produce su pintura desde una praxis radical, o sea una práctica experimental y espontánea, en que la concepción y la acción suceden simultáneamente sobre el lienzo. Impulsada por el propio proceso de la pintura, donde cada marca surge como respuesta, el foco de interés no se dirige hacia los posibles significados proyectados sobre la forma o «figura» pictórica, sino hacia el sentido general de la experiencia estética.
En este tipo de pintura, los elementos visuales son liberados de cualquier función específica en términos de la composición, cada marca o mancha se individualiza y se relaciona con las demás para formar el conjunto que es el cuadro. En consecuencia, Kylander no muestra una imagen de-terminada o siquiera terminada, sino más bien una dinámica espacial.
En palabras de la artista: “Mi trabajo está motivado por el afán de producir emoción estética a través de la pintura, y a nivel práctico consiste en encontrar la forma subjetiva que corresponda al momento, explorándolo y agotándolo sobre un lienzo tras otro antes de que cambie. Pintar es cómo expreso las relaciones cambiantes entre todo cuanto esté presente en mi experiencia, de una manera abstracta, no narrativa y no literal.”
[1]La gravedad vertical es un aspecto de la teoría musical (el Concepto cromático lidio de organización tonal) elaborada a partir del jazz por George Russell en 1953, que define los sonidos como individualidades armónicas, rechazando la idea de que existe un movimiento dirigido hacia un punto de reposo, y centrándose en la inmediatez del fenómeno sonoro comprendiéndolo en términos de “color”, esto es, relaciones interválicas individualizadas. Fuente: Wikipedia
[2] “Todas las habitaciones son habitaciones de justicia/ Aquí conozco mi medida y el espejo/ No me perdona.” Louis Aragon. De «Habitaciones. Poema del tiempo que no pasa» (1969)