Amaia Lekerikabeaskoa & Isusko Vivas

«LOS MIRANTES»

Del 31 de marzo al 26 de mayo 2023

 

Mírese y percátese de cuanto se viere. Aguárdese a que la mirada se compenetre con el espacio y sus objetos. Asegúrese no tropezar con una escultura, al tornar un paso atrás.

Nótese que cualquier apelativo a la realidad que pueda intuirse en ese mirar dirigido a los materiales dispuestos, no pretende sino una articulación sensible, pues todo cuanto huya o escape de esa concepción estética es producto de su imaginación. Considérese, por parte de vuestras mercedes, un acto susceptible de interpretación. Subráyese, por cierto, ese afán interpretativo siempre correcto, fruto de aquellas partituras en sí abstractas.

La muestra expositiva “Los Mirantes” descubre varias piezas objetuales de neto carácter escultórico y dibujos de cariz no-representacional, en un intento de adaptación a un lugar predeterminado donde, a la postre, sí se genera un paraje para la re-presentación. Dichas formas se han creado, des-ubicado y re-ubicado, presentándolas de nuevo en un ensayo compositivo de sitio y de materialidad, de alzamiento material sostenido en el espacio. Estas obras que no evocan sino a sí mismas, si bien intercedidas por sus aparentes títulos-nombres que denominan campos de cultura-material, tercian simbólicamente entre las concepciones paisajísticas construidas por las miradas –detenidas o fugaces– y aquella sustancia recóndita que temporalmente, el arte es capaz de transmitir o de re-formular.

Lo cual puede querer decir rescatar y salvaguardar el hilo conductor devenido de diversos otrora; de otras épocas pretéritas cuyo condimento recurrente ha sido estéticamente transferido hasta la modernidad, la contemporaneidad y la actualidad. Acaso, la sutil dimensión que subyace no sea la esencia prístina e impoluta del supuesto corazón de una cebolla que a medida que se pela, se depura hasta la nada, sino un trazo-huella latente que perdura y se despeja en el tiempo: desde una tabla flamenca a un grabado florentino, de una marina holandesa con faro y veleros hasta una caja de música atonal vanguardista, o bien un ‘cuerpo-caja’ minimalista; inclusive una caja metafísica… y de ahí hacia nuevos artefactos hechos de madera, metal, fieltros, lámparas, goma elástica y cintas adhesivas.

La noción de contemplación todavía precisa de acicates que la despierten, provocando la restitución de la interrogante inicialmente kantiana acerca del ser de las cosas-objeto. Pensamiento reflexivo que, de alguna manera, resucita del anacronismo opaco (Sonia Fernández) con una concepción artística-instrumental que promueve el ‘encuentro’ con ‘algo’ distinto al conocimiento (Harman); estructuras activadas de una inmanencia no dependiente de contextos particulares y constructoras de sentido. Empero, tómese consciencia de los hitos de arranque para que, mediando la tarea del arte se fije lo perenne con pedazos de lo caduco (David Pavo). Pueden constituir acciones tan triviales (o no) como degustar unas patatas ultramarinas, intervenir una carta marítima mediante compás y puntero, divisar la escena pintada de naves envalentonadas esquivando la oceánica tormenta o supervisar las cuentas y trueques monetarios de una pareja de cambistas. Imágenes mentales a veces afectadas por irrupciones de fenómenos en el paisaje; una blanca y brillante línea de horizonte en el Abra nocturna de Bilbao o la difusa neblina blanco-grisácea penetrando e invadiendo luces y edificios en la lluviosa bahía de Santander, procuran destellos extraídos de un bagaje cultural cuyo punto de arribada, por el contrario, no comulga ni con la lógica de los significados ni con la inerte disensión figurativo/ abstracta. Una frontera fluctuante que con-figura, re-tiene y (se) mantiene.

La interpretación produce a veces una ilusión des-encriptada, des-cifrando lo in-descifrable, lo que incluiría la profunda ambigüedad socrática (Timothy Morton) situada a medio camino entre la habilidad del mirar y la experiencia emancipada del ver más allá de lo obvio. Entiéndase flotar en ese intersticio la estética que emana en ausencia de texto o discurso, y cáptese así el rumor interpretativo del artífice ‘mirante’. Cuando vuestras mercedes pongan distancia y observen, recuerden que la máxima de toda interpretación ‘correcta’ no anula que unas u otras lo sean más idóneas (lo ‘correcto’ no en todos los casos es lo deseable), ni siquiera si es realizada por los/as propios/as artistas. Eso sí, la capacidad interpretativa puede encontrarse desorientada, mermada y saturada debido al voraz flujo semiótico y en exceso veloz, con una cantidad ingente de signos bufos a ser desvelados, tal como vislumbraría Franco Berardi (Patologías de la hiperexpresividad). De lo entresacado resta una percepción no al uso, suspendida y sin anclaje lógico-racional; la cual disuelve los límites con la débil fuerza de la bruma en el crepúsculo que preludia, a diferencia del renacimiento y de los posteriores siglos positivistas, el incisivo ‘malestar conceptual’ con el que (solamente) es ahora factible interpelar al mundo (Jean Cohen).

Isusko Vivas, Amaia Lekerikabeaskoa. 2023

 

Amaia Lekerikabeaskoa & Isusko Vivas desarrollan una práctica artística unida, cada vez más indisociable, fundamentada en la praxis de la escultura cuando esta se pone en relación e interactúa con la concepción interpretativa de los paisajes. Categoría cultural y antrópica que dilatada, abarca diversos conceptos transitables desde los terrenos baldíos, enclaves de industrias en declive y ‘trastiendas’ inhóspitas de ciudades mutadas, donde se capta el pálpito ya antiguo (quizás ‘clásico’) de la entropía contundente, hasta las transformaciones urbanas de apelativo postmoderno (lo cual puede sustituirse por cualquier otro calificativo atributivo) y los ‘intermedios’ territoriales de ‘naturalezas’ sumamente alteradas. Aspectos que son capturados y revertidos, sin recreación de imagen ni imperiosa necesidad representativa de semejanzas identificables.

Senda en la cual se inscribe una trayectoria expositiva cuyo origen evoca los escenarios férricos del área metropolitana bilbaína: Barakaldo, 2008; Fundación de Trabajadores de la Siderurgia, 2012, continuada en el ensanche y periferia de la urbe: Basauri (Torre de Ariz), 2011-2012; Ilustre Colegio de Abogados del Señorío de Bizkaia, 2013-2014; extendiéndose hacia los valles interiores: Durango (Museo de Arte e Historia), 2015, se llega hasta el litoral marítimo: Lisboa (Paços Torres Vedras), 2016; Gernika, 2017; Donostia-San Sebastián (Galería Arteztu), 2017; Algorta (Bi Hormetara), 2020. Regresan de nuevo a la villa: La Taller, 2020-2021, y recalan luego en Santander: Espacio Alexandra, 2023. Ambos comparten su ejercitación docente en la Facultad de Bellas Artes de la UPV/EHU.

 

S/T (Mancha I). S/T (Mancha II), 2023. Técnica mixta.

 

 

Vista de instalación

 

 

S/T (Baliza), 2023. Madera, cinta aislante, tinta china, grafito, lana, metal, chinchetas marcadoras y cinta adhesiva, 180x30x18 cm

 

Vista de instalación (detalle)

 

Vista de instalación

 

S/T_(Proa), 2023
Madera, resina, formica, lana, sargento, pinza y tinta

 

S/T (Superposición II), 2021. Collage y grabado, 58x38x4 cm

 

Vista de instalación

 

S/T (Naufragio), 2022. Papel, cartón, cristal, arena y cintas adhesivas. 55x30x30 cm